Protege uno de los rodales más grandes de la puya o cahua (Puya raimondi), una rara especie de flora silvestre que tiene la inflorescencia más grande del mundo y constituye un valioso recurso biológico. Perteneciente a la familia de las Bromeliáceas, crece sólo en laderas expuestas al sol y en suelos de buen drenaje. A pesar de que vive más de 100 años, florece una sola vez (en un proceso que dura 9 meses), para luego morir paulatinamente. Su floración es todo un espectáculo, pues su inflorescencia puede alcanzar hasta diez metros de altura. En forma de una gigantesca vela, la cubren miles de flores de color blanco-crema. En este tiempo se puede ver decenas de picaflores y otras aves revoloteando a su alrededor

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